Trás varios días, llamemoslos extraños, donde mi ego y mi serenidad son puestos a prueba tropiezo sin remisión, a veces pasa que tu humanidad se abre paso con todo el derecho del mundo, luego se presenta ante mí una frase formada por dos simples palabras; "Tu puedes" miró hacía arriba y aun así me resulta inevitable preguntar igualmente, ¿que hago? y me responden, a modo de conferencia del maestro Claudio Naranjo por un lado y por otro no se porque se me viene a la mente un cuadro de Munch, "La danza de la vida" siempre que miro ese cuadro me parece más la danza de la muerte y pienso que hay que amar cada demonio, cada fantasma que a veces hace acto de presencia en nuestras vidas, amarlo pues es el único modo de que dejen de ser lo que son, amarlos, mirarlos a los ojos y bailar con ellos. Así que lloró unos segundos para liberar la carga inicial, y después me escucho, les escucho, y tras reirme también un poco de tanta estupidez, doy las gracias por ser escuchada y poder escucharme me pongo la música que me gusta y danzo, danzo con esa parte de mi que necesita ser escuchada y atendida.
Hay que amar al diablo y al fantasma pues es el único modo de que dejen de serlo.
Tener miedo y huir es una estupidez, tanto como intentar anestesiarlos, esconderlos o adornarlos, mirar para otro lado o fingir que no existen, más tarde o más temprano vuelven, a menudo con más fuerza.
Solo se pueden iluminar los lugares donde hay sombras y para poder hacerlo hay que tener el valor de ir en su busca e invitarlas a bailar hasta reirte con ellas y de ellas después abres las ventanas y empieza a entrar la luz.
La danza de la vida, E. Munch
Conferencia de Claudio Naranjo, Una Educación Transformadora
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