domingo, 17 de abril de 2011

Un monumento al amor

En 1612 Sha Jahan, heredero del imperio mongol contrae matrimonio con Arjumand Banu Begum, princesa persa conocida más popularmente como Mumtaz Mahal (joya del palacio), una unión concertada con la intención de reforzar los lazos entre ambos imperios. Con lo que no contaba Sha Jahan era con enamorarse perdidamente de Mumtaz Mahal que se convirtió en su esposa favorita. Hermosa y de carácter dulce y solidario, murió dando a luz a su decimocuarto hijo, dejando a Sha Jahan sumido en la más profunda de las tristezas. El emperador dedicaría la mayor parte de lo que le restaba de vida a erigir el que fuese el mayor homenaje a su amada esposa. Ese homenaje se llama Taj Mahal uno de los más fastuosos y bellos mausoleos que jamás se haya construido, un monumento acorde con el amor que sentía quien lo mando levantar por quien reposaría en él. Sha Jahan dejó de lado su trono, su reino y dilapidó su fortuna en la construcción de la tumba de su esposa favorita.
Como diría una canción hay amor que derriba fronteras y algunos están por encima de reinos, tronos, riquezas y de la misma muerte, el Taj Mahal es un recordatorio de que el amor con mayúsculas, más allá de este mundo incluso, es posible.
Históricamente Sha Jahan perdió su trono a manos de su hijo, que lo encarceló, pero dejó de tener importancia tras perder a quien era más valioso que todo un reino. Desde su celda podía contemplar el mausoleo donde reposaba su amor y al morir fue enterrado junto a ella.
Es gracias al amor que hoy día podemos deleitarnos y contemplar lo que se considera una de sus siete maravillas del mundo, los indios llaman a este monumento "poema de amor en piedra".

 Lloraba un alma enamorada
lágrimas, dolor, pena, llanto
un corazón entona su triste canto
una mano, cansada, tras su ventana cerrada.


Allí desde su palacio, desde su ventana
admira aquella lágrima blanca
poesía hecha arte, arte que la pasión arranca
para ti, mi amada, mi esposa, mi alma hermana  

 Retrato de Mumtaz Mahal   
 Taj Mahal

2 comentarios:

  1. Hola Rosa, muy bonita historia. El amor todo lo puede. Y que bonito el Tah Mahal, desmuestra su gran amor con ese pedazo de monumento.
    Besos.
    Amalia.

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  2. Muy bonito tu blog :-) Y con tu permiso colgué este enlace en mi Facebook, ya que el de la Wikipedia no queda tan vistoso para hablar del Taj Mahal.

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